TARDE DE REUBITJO ¡Y OLÉ!
Hoy domingo de resaca me dispongo a escribir unas líneas para dejar constancia escrita y gráfica (gracias a Margarita que estuvo allí con su móvil) de lo que dio de sí la tarde-noche de feria del pasado jueves.
Nada más salir del trabajo a las 2 de la tarde, estaba una servidora con el traje de gitana en lo alto y la flor pincha' en la cabeza caminito de la feria. Cuando estaba a punto de morir de calor, llegamos a la caseta que nos sirvió de casa esa tarde... la de la señora Rocío Mora. Como sólo estábamos allí de momento Rocío, Zapat y yo, no tuvimos otra cosa que hacer que ponernos a beber jarras y jarras de rebujito.
La cosa se iba entonando y la Morita no paraba de traer jarras y rellenarnos los vasos, así que estábamos en nuestra salsa cuando llegaron los refuerzos: Jose, Pilarilla y Margarita. Unos minutos más tarde se incorporó el hermano Juanito recién llegado de Córdoba. El equipo estaba al completo.
Sin movernos de la mesa, nos metimos par' cuerpo unas cuantas de jarritas más y después nos fuimos a haer una visitilla a Ana (nueva incorporación cada vez más presente en los actos de Siempre Así) que ya había estado con nosotros antes.
Después de eso, de vuelta a la caseta de la Morita. Allí nos esperaba el magnífico grupo que debía animar la noche con sus cánticos. Yo creo que le pusieron ganas y lo intentaron, pero la verdad es que conseguir, consiguieron bastante poco.
Menos mal que la actuación duró poco y después hicimos nuestro el improvisado escenario. Don Ramón Mora se apresuró a traernos la guitarra, colocamos las sillas en plan tablao' flamenco y conectamos los micros. En un momentillo, la caseta que antes había estado vacía se llenó al son de nuestra voces... ¿por qué será que después nos llaman Siempre Así?
Allí estábamos nosotros, emocionados y entregados a las rumbas y sevillanas con dos palmeros de excepción que de vez en cuando se animaban con una sevillana: Jose y Juanito. En fin, que la noche prometía desde el principio y al final los pronósticos se cumplieron. Bebimos, cantamos e hicimos el imbécil (como de costumbre). Yo hice lo que pude con la guitarra, que no fue mucho pero bastó para animarnos.
Eso sí, hubo dos cosas que, como siempre, nunca cambian: Juanito se quedó dormido en medio de la gente y el Chico nos dejó tirados sin invitarnos a su caseta ni venir a la de la Morita....En fin, habrá que esperar al año que viene...
Nada más salir del trabajo a las 2 de la tarde, estaba una servidora con el traje de gitana en lo alto y la flor pincha' en la cabeza caminito de la feria. Cuando estaba a punto de morir de calor, llegamos a la caseta que nos sirvió de casa esa tarde... la de la señora Rocío Mora. Como sólo estábamos allí de momento Rocío, Zapat y yo, no tuvimos otra cosa que hacer que ponernos a beber jarras y jarras de rebujito.
La cosa se iba entonando y la Morita no paraba de traer jarras y rellenarnos los vasos, así que estábamos en nuestra salsa cuando llegaron los refuerzos: Jose, Pilarilla y Margarita. Unos minutos más tarde se incorporó el hermano Juanito recién llegado de Córdoba. El equipo estaba al completo.
Sin movernos de la mesa, nos metimos par' cuerpo unas cuantas de jarritas más y después nos fuimos a haer una visitilla a Ana (nueva incorporación cada vez más presente en los actos de Siempre Así) que ya había estado con nosotros antes.
Después de eso, de vuelta a la caseta de la Morita. Allí nos esperaba el magnífico grupo que debía animar la noche con sus cánticos. Yo creo que le pusieron ganas y lo intentaron, pero la verdad es que conseguir, consiguieron bastante poco.
Menos mal que la actuación duró poco y después hicimos nuestro el improvisado escenario. Don Ramón Mora se apresuró a traernos la guitarra, colocamos las sillas en plan tablao' flamenco y conectamos los micros. En un momentillo, la caseta que antes había estado vacía se llenó al son de nuestra voces... ¿por qué será que después nos llaman Siempre Así?
Allí estábamos nosotros, emocionados y entregados a las rumbas y sevillanas con dos palmeros de excepción que de vez en cuando se animaban con una sevillana: Jose y Juanito. En fin, que la noche prometía desde el principio y al final los pronósticos se cumplieron. Bebimos, cantamos e hicimos el imbécil (como de costumbre). Yo hice lo que pude con la guitarra, que no fue mucho pero bastó para animarnos.
Eso sí, hubo dos cosas que, como siempre, nunca cambian: Juanito se quedó dormido en medio de la gente y el Chico nos dejó tirados sin invitarnos a su caseta ni venir a la de la Morita....En fin, habrá que esperar al año que viene...
2 comentarios:
Gran crónica¡¡ Ese día me disteis tela de envidia, menos mal que me saqué la espinita al día siguiente y pude ver esos farolillos(aunque en verdad ver un farolillo era más dificil que ver un lince). Teneis que sacar de conclusión de esa noche que el grupo debe volver, queremos volver a escuchar el gran tema de el gallo sube, eso si que eran ferias míticas, inolvidables, para el año que viene que vuelva el grupo¡¡¡
No podía faltar en la feria una foto de juan dormío, eso si que es una tradición.
Vivan los Siempre Así¡¡
Ana estuviste sembrá!!!!derroche de arte por los cuatro costaos es lo que hubo en Pascual Márquez 222,q gran actuación.Dar las gracias a Rocío Mora por su invitación a tantísimas jarras de rebujito q nos metimos pal cuerpo.
A la petición de q vuelva el grupo yo pienso q deberíamos volver,claro q sí,pero cualkiera le coge las vueltas al nani.Aquello sí q era un grupo no el q había este año,jajajaja!!!
besitos
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